Unas sesenta personas se unieron en Santo Domingo para bailar al ritmo de una música que nadie más escuchaba. Con los mp3 que cada uno llevaba, y sin hablar entre ellos, todos bailaron sincronizados. «Han disfrutado muchísimo», afirma David Fernández, de La Calle es Tuya, la empresa organizadora. Añade que esta «inmersión» permite a la gente «hacer cosas que normalmente no se atreve a hacer por vergüenza». Éste fue uno de los eventos incluidos en el programa de actividades de la iniciativa europea ´Juventud en movimiento´, asentada en la carpa de la plaza de La Merced desde el jueves hasta hoy.
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